En el primer trimestre del año Uruguay mostró un incremento interanual del Producto Interno Bruto (PIB) del 8,3%.
Luego de cerrar un 2021 con un crecimiento del PIB de 4,4%, indicador que se situó por encima de las estimaciones de los analistas y del equipo económico de gobierno, Uruguay continúa afianzando la senda de crecimiento.
Si bien el inicio del año mostró un enlentecimiento de su crecimiento, registrando una tasa desestacionalizada de 0,6%, Uruguay muestra indicadores de recuperación luego del impacto económico de la pandemia.
Una vez que se levantaron la mayoría de las restricciones sanitarias, en el segundo trimestre del año pasado, se vieron dinamizadas actividades fuertemente impactadas por la pandemia como los espectáculos, fiestas privadas, clubes deportivos y la educación. En el tercer trimestre comenzó la recuperación de la actividad turística y comenzó a mostrar signos de recuperación la demanda interna.
El sector de la construcción que fue uno de los amortiguadores de la caída de la actividad durante la pandemia continúa dinamizándose al influjo de grandes proyectos de infraestructura pública y de la construcción de una nueva planta de celulosa en el país. Esta tendencia se ve apoyada a partir del último trimestre de 2021 con la reactivación de la demanda en el sector inmobiliario.
La demanda externa liderada por las exportaciones del sector agropecuario tuvo un buen desempeño en 2021, que se mantuvo en el primer trimestre de 2022. Estos buenos indicadores fueron consecuencia de mejoras en los precios y los volúmenes exportados luego de la flexibilización de las medidas de restricción de la pandemia y a la expansión de la política monetaria internacional. A partir del 24 de febrero de 2022 este incremento de precios se vio potenciado por la invasión de Rusia a Ucrania y las medidas de restricción a las exportaciones rusas de combustibles y cereales que tomaron la mayoría de los países desarrollados. Estas y otras acciones relacionadas con sanciones y contra sanciones provocaron una distorsión en la economía mundial que también impacta en Uruguay.
El principal aspecto negativo para Uruguay es el aumento de costo de los combustibles por su calidad de importador neto y el efecto en la inflación que proyecta valores cercanos a 9.5% para el año 2022. Así mismo la distorsión de los flujos comerciales impacta de manera negativa los costos de las operaciones, de los cuales Uruguay es un neto tomador de precios.
Es de esperar que este panorama de crecimiento continúe y se cierre el año con 4,7% de crecimiento. En 2023 las proyecciones de crecimiento se sitúan en 3%, pero habrá que tomar acciones para contrarrestar de la mejor forma posible los efectos de la inestabilidad internacional.
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